Cuando Yanymee Guillén estudiaba Nutrición en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), su vida giraba en torno a una cabina de internet donde pasaba hasta 15 horas al día. Aunque algunos pensaban que era una jugadora de videojuegos, en realidad estaba dedicada a realizar sus trabajos universitarios. No tenía acceso a una computadora ni a internet en su hogar, por lo que se veía obligada a utilizar una cabina de internet para redactar sus informes académicos.
Después de completar su carrera de pregrado, Yanymee buscó oportunidades para estudios de posgrado en Japón y Corea del Sur. A través de un arduo esfuerzo, logró obtener una beca del Gobierno surcoreano para cursar su maestría y posteriormente emprendió un doctorado. Aunque su camino estuvo lleno de desafíos, perseveró en su objetivo. Hoy en día, Yanymee Guillén ha hecho historia al convertirse en la primera peruana en obtener un doctorado de la prestigiosa Universidad Nacional de Seúl, la institución de educación superior más destacada de Corea del Sur.
Motivada por su experiencia, Yanymee Guillén fundó Sappiens, una plataforma que difunde oportunidades de becas de pregrado y posgrado en Asia y Oceanía, además de promover la colaboración entre investigadores en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas entre Perú y Asia. Además, lidera la asociación Aspasec, que busca proteger los derechos de estudiantes peruanos que se forman en universidades de Corea del Sur.
Yanymee Guillén, quien creció en El Agustino, desarrolló su interés por la investigación desde temprana edad, influenciada en parte por su madre, a quien cuidaba cuando tenía problemas de salud, incluyendo hernias umbilicales. Esta experiencia la acercó al campo de las ciencias de la salud, e incluso su madre se convirtió en su paciente durante sus estudios universitarios.
Desde su niñez, Yanymee acompañó a su madre en diversas ocupaciones, como el mercado, el circo y eventos importantes. Este entorno la motivó a esforzarse para cambiar su destino en el futuro. Durante siete años, su padre se trasladó a Japón para trabajar, y a pesar de la distancia, mantuvo una comunicación constante a través de cartas y mensajes, lo que despertó aún más su interés por conocer Asia.